En estas semanas que llevamos de confinamiento en casa por la crisis del coronavirus muchas personas cuentan que sueñan mucho más que antes, recuerdan el sueño, cuando antes tenían sensación de no haber soñado, incluso es normal que se den sueños raros, extraños, insólitos.
Vamos a hablar sobre el acto de soñarmientras dormimos.
Una tercera parte de nuestra existencia la pasamos durmiendo. Es mucho tiempo cómo para no prestar atención a lo que ocurre mientras dormimos.
Si dormir es un hecho apasionante de un gran misterio que realiza nuestro cerebro. Soñar lo es aun más, esa inmersión en otros mundos, con sus propios personajes, reglas y situaciones muy distintas a las que tenemos en la vigilia.
Soñamos como parte normal del funcionamiento de nuestro cerebro cuando dormimos.
Las distintas etapas del dormir tienen distintas funciones dirigidas a nuestra sanación y funcionamiento óptimo. Se sabe que el soñar tiene una importante función en el procesamiento de información. Eso quiere decir que soñar es importante para nuestra memoria y nuestro pensamiento.
El soñar funciona para integrar nuestras memorias en el cerebro. Estudios han demostrado que si se interrumpe nuestras etapas de soñar no recordamos tan bien la información. Psicológicamente el soñar sirve para explorar posibilidades, cumplir deseos, reflejar preocupaciones y experiencias del vivir diario.
Los sueños también permiten que se manifieste nuestra intuición. Cuando desarrollamos la capacidad de controlar nuestros sueños (un fenómeno conocido como sueños lúcidos) podemos utilizar nuestros sueños para la creatividad, el desarrollar nuestra capacidad intuitiva, el contestarnos preguntas y el practicar vivencias que podemos traer al mundo consensual cuando estamos despiertos.
Típicamente en nuestro cerebro los ciclos de sueño más largos suelen ser de aproximadamente media hora. Sin embargo dentro del mundo de nuestros sueños el tiempo es subjetivo y cambiante. Un sueño puede parecer que dura desde minutos hasta años durante el desarrollo de un sueño particular. EL sueño puede manifestarse como una película en la cual se salta de un evento a otro.
Algunas personas dicen que nunca sueñan. Esto es falso. Simplemente es que no recuerdan sus sueños. Todos soñamos, pues el estado del cerebro asociado con los sueños es necesario para seguir viviendo. Pero no todos nos recordamos de nuestros sueños. La mayor parte de la gente no duerme lo suficiente para entrar en los períodos de sueño largos pues la mayoría de la población duerme menos de lo que debería dormir. Otros factores como medicamentos y substancias también afectarían nuestra capacidad de recordar nuestros sueños.
Nuestros cerebros tiene mecanismos que hace que se nos olviden nuestros sueños pronto después de despertarnos, pues se desactivan los centros cerebrales asociados al sueño y se activan las estructuras cerebrales que usamos en nuestro vivir diario para pensar, sentir y movernos en el mundo. También se entiende que “borramos” nuestros sueños para que el material de nuestros sueños no se filtre a nuestra realidad consensual. ¿Alguna vez seguramente os habéis preguntado si lo que acabáis de recordar fue algo que te pasó o fue un sueño? Para que no pase esto constantemente es que se estima que olvidamos nuestros sueños. (Dr. Douglas Romero, Psiquiatra)
Soñar es una actividad fascinante que nos ocurre noche tras noche y sobre la cual existen muchos estudios científicos y teorías al respecto.
La primera opinión fue la de S. Freud que cuenta que los sueños expresan los deseos más prohibitivos de la persona y buscan satisfacer esos deseos.
Los sueños son la principal vía por la que el inconsciente se expresa y satisface deseos, aunque a veces no nos lo parezca, cuando son sueños aterradores, inquietantes o pesadillas. Son mensajes en clave que hay que descifrar.
Cuando soñamos nuestro cerebro intenta solucionar los problemas que nos ocupan durante el día, pudiendo ser un reflejo tal cual o algo simbólico de lo que ocupa nuestra mente, de nuestros miedos, de nuestros deseos. De ahí vienen a veces las pesadillas.
Estudios más recientes detallan que los sueños son porciones de memoria del día anterior que nos ayudan a recordar y no olvidar, a retener todo lo aprendido.
Otra teoría defiende que los sueños son una especie de “almacenamiento temporal” de la conciencia, recuerdos que están ahí justo antes de pasar de la memoria de corto plazo a la memoria a largo plazo. Serían un “flash” antes de la foto.
La teoría del médico e investigadora Deirdre Barret, sugiere que los sueños son cómo un teatro en el que somos capaces de resolver problemas con mayor eficacia que cuando estamos despiertos. Que es otra forma del pensamiento, es un estado diferente al que tenemos cuando estamos despiertos. Aunque estemos soñando seguimos trabajando para resolver los mismos problemas que nos inquietan cuando estamos despiertos. Todos somos conocedores del dicho “consúltalo con la almohada”.
Cuando soñamos, concretamente en la fase REM del sueño, las sustancias químicas generadoras de estrés dejan de producirse y el cerebro procesa las experiencias emocionales del día a la vez que suaviza los recuerdos negativos o dolorosos, tal y como concluía recientemente un estudio neurocientífico de la Universidad de California en Berkeley.
Lo que hueles mientras duermes afecta al contenido de tus sueños. A esa conclusión llegaron científicos alemanes en un estudio presentado ante la Academia Americana de Otorrinolaringología. Comparando los efectos de oler a rosas y respirar el hedor de huevos podridos mientras dormimos, los investigadores comprobaron que el tono emocional de los sueños es positivo en el primero de los casos y negativo cuando el olor resulta desagradable.
Existen algunas teorías más al respecto pero la verdad es que todavía no sabemos cuál es exactamente la naturaleza y la función de los sueños en el ser humano
.Lo que está demostrado es que soñamos cada noche aunque muchas veces no nos acordemos, la duración de los sueños puede variar. Mientras dormimos pasamos por una serie de fases alternas de sueño intermedio. Dentro de estas fases, una de las intermedias, llamada REM (movimiento rápido de ojos), nuestra actividad cerebral es máxima y es ahí donde los sueños son más intensos y sucede en el último tramo del sueño. Durante la noche tenemos varios sueños que pueden durar hasta veinte minutos.
Que sepáis que es necesario e imprescindible soñar. Se ha demostrado que la ausencia de sueños conduce al individuo a alteraciones mentales.
Así que ya sabéis es imposible no soñar, no dudéis de la riqueza de vuestra imaginación y no dudéis, hay sueños que terminan por cumplirse, no los perdáis de vista mientras los perseguís.
Si es bueno Vivir, todavía es mejor Soñar y lo mejor de todo Despertar…….A soñar….!!!