La ciencia nos confirma que madrugar es malo para la salud. Existe el dicho de que “a quien madruga Dios le ayuda”, sin embargo no siempre es así y la ciencia nos lo ha confirmado.
Un reciente estudio realizado por investigadores de la universidad de Westminster (Reino Unido) asegura que madrugar puede ser perjudicial para nuestra salud. El estudio se realizó con 42 voluntarios, todos descansaban las mismas horas cada noche, se les tomaron muestras de saliva 8 veces al día, la primera nada más levantarse, con esto se llegó a la conclusión de que más de la mitad de estas personas, que se levantaban antes de las 7,20 de la mañana, tenían un alto nivel de cortisol, la hormona del estrésCon este estudio de investigación se ha confirmado que las personas que madrugan en exceso tienen más posibilidades de sufrir migrañas, dolores de cabeza, dolores musculares, ira e incluso ansiedad, se resfriaban con mayor facilidad, mostraban mal humor a lo largo del día y acababan la jornada con menos energía, en general mostraban un sistema inmunitario más débil e incluso ansiedad. En consecuencia su salud estaba en detrimento.
En si no se trata de la cantidad de horas que dormimos, se pueden dormir las mismas horas pero si se madruga se es más propenso a padecer de las dolencias que afectan a la salud.
No todo lo descubierto en la investigación es negativo, para los que se despiertan antes de las 7 de la mañana cuentan con la ventaja de que tienen una mayor capacidad de concentración pudiendo estar pendientes de varios temas a la vez sin perder rendimiento, también disfrutan de unas relaciones sociales de más calidad.
Así mismo a los menos madrugadores se les detecta un talante más amigable y relajado, lo que favorecía sus relaciones sociales, con familia, amigos y entorno más próximo, a las personas que se despertaban más temprano les costaba mucho más mantener relaciones con otras personas.
Con estos datos queda desmentido el mito de que “a quién madruga, Dios le ayuda”, parece ser que madrugar en exceso no favorece a la salud tanto como nuestros progenitores nos han repetido hasta la saciedad y nosotros seguramente nos resistíamos a creerlo pensando que “no por mucho madrugar amanece más temprano”.
Tenemos estudios científicos que se han puesto de parte de Dios y otros en contra. Cada cual que se observe y estudie su caso, sin duda, como en todo existen excepciones que desmontan muchos tópicos. Existen personas que aseguran que por la noche desarrollan mejor su creatividad, de hecho en la actualidad existe un gran aumento de actividades nocturnas. Esto sin duda dará fe a la afirmación de Ricardo Urgell, fundador del Grupo Pacha, que decía ….“la noche es más verdad que el día”.
Madrugar influye de forma muy positiva en el estado mental. Madrugar influye en nuestra satisfacción vital, autoestima y felicidad. Sin embargo es elevado el número de personas que les cuesta mucho madrugar y todavía más levantarse con una sonrisa y recibir el día con buen ánimo.
Para muchos la hora de sonar el despertador es frustrante, se desea seguir en la cama y el típico “otro ratito más” es muy común, apuramos hasta la hora límite para levantarnos de un salto de la cama y apurarnos en todos los quehaceres medio dormidos y con desgana. El resultado es que empezamos el día con mal pie.
Los expertos dicen que terminaremos bien un día según la actitud con la que lo empecemos.
Existen técnicas que transformadas en hábitos pueden ayudarnos a que el descanso sea mejor a madrugar y a levantarnos de la cama sin sueño de forma plácida y relajada.
Vamos con esas técnicas o trucos:
Si empezamos planificando la noche anterior las tareas del día siguiente nos ayudará a levantarnos más predispuestos a comenzar la mañana sin prisas, cosas como organizar nuestro vestuario del día siguiente y el de los niños si los hubiera, organizar papeles que necesitemos la próxima jornada, las llaves, mochila de los niños…etc…es un ejemplo de tareas que podemos dejar ya preparadas la noche anterior.
Para despertarnos mejor que nuestro despertador sea algo agradable, no sonidos que nos asusten y malhumoren, puede ser un sonido inicialmente suave y melodioso para ir subiendo poco a poco el volumen. Despertarnos con música, alguna canción que nos guste o algún sonido de la naturaleza como el agua, las olas, el viento, la lluvia, cantos de pájaros…….nos transmitirá todos buenas vibraciones .
Si nos acostumbramos además a poner el despertador siempre a la misma hora facilitará el que nuestro reloj biológico se habitúe a esa rutina y acabaremos despertando sin necesidad de despertador.
Es el momento entonces de desperezarse, poco a poco nos estiramos como un gato que es un verdadero maestro en este arte, así activamos el cuerpo, este gesto placentero nos libera de tensiones y nos aporta bienestar. Hacemos unas respiraciones profundas llenando nuestro abdomen de aire y lo exhalándolo poco a poco, esto nos cargará de energía.
No es necesario levantarse inmediatamente, nos tomamos unos minutos más para para unos pensamientos gratificantes, por ejemplo el placer de la ducha que vamos a dar, el desayuno tan apetitoso que nos vamos a tomar, traer a nuestra memoria el aroma del perfume que nos vamos a poner. Existen cantidad de momentos agradables que muchas veces no los sabemos valorar.
También existe algo muy poderoso para ilusionarnos y motivarnos a madrugar y levantarnos, es ese sueño que estamos persiguiendo y que vamos a tener la oportunidad de correr ese día tras él.
Está demostrado que nuestro cerebro no se acaba de despertar hasta pasados 30 o 45 minutos desde que nos levantamos, este proceso lo podemos hacer más corto y de la mejor manera de diversas formas.
Beber un vaso de agua al levantarse debería ser un gesto cotidiano, nos hidrata después de varias horas sin hacerlo.
Madrugar y hacer unos minutos de caminata sería lo ideal, en muchos casos no será posible y se puede sustituir con unos ejercicios de estiramientos y abdominales que ayudaran a los músculos a entrar en acción.
Una ducha alternando temperaturas de agua para acabar con agua fría nos estimulará y revitalizará al incrementar el ritmo sanguíneo y el cuerpo ya empezará a notar los beneficios de madrugar. Lo recomendado es un baño caliente por la noche, antes de irse a dormir si tenemos problemas de sueño. Por la mañana el agua caliente haría el efecto contrario a lo que nuestro cuerpo necesita, nos invadirá un estado de sopor y reposo. Este hábito no se suele tener y las ventajas superan a lo desagradable que pueda parecer, si aguantamos unos segundos tan sólo al acabar el agua fría sería suficiente y si lo acompañamos además tatareando alguna canción, silbamos, reímos , damos unas palmadas y hasta movemos un poco el esqueleto, disfrutaremos de un subidón de optimismo.
Un momento importante es el del desayuno, mientras lo hacemos podemos ventilar el dormitorio y airear el colchón y la almohada que han estado toda la noche soportando la transpiración de nuestro cuerpo. No olvidarse de darse un buen homenaje en esta comida que es considerada la más importante del día, el madrugar nos permitirá preparar algo apetitoso y placentero a la vez que energético para tener combustible suficiente hasta la próxima comida. Se debe tomar con calma y dándonos un tiempo para disfrutarlo de manera relajante. Nada de café y listo….el cuerpo necesita de fibra, proteína y algo de fruta.
Estas pautas harán que madrugar se convierta en un hábito atractivo y que salgamos de casa con una buena actitud, el día está para disfrutar de su camino y cada paso. Se vivirán sin duda cosas maravillosas, también existirán las no tan maravillosas pero esas las vamos a recibir con buen talante. Todo se puede ver de muchas maneras.
Un buen despertar comienza con un buen sueño y para que ese sueño sea reparador, saludable, y nos prepare para enfrentarnos a la aventura del nuevo día necesitamos un Sistema de descanso adecuado, todo lo que hemos dicho sobra si no nos levantamos descansados y regenerados.
El sueño es el principal causante de nuestro bienestar al día siguiente, de él depende en gran parte que nos levantemos con buen pie.