Vuelta al cole: Cómo ayudar a los niños con sus emociones en este periodo de pandemia

El comienzo del nuevo curso escolar no ha estado exento de incertidumbre para padres y alumnos. La vuelta a las aulas se ha iniciado como cada septiembre pero de una forma distinta.

Hemos vivido una experiencia colectiva de gran impacto emocional u los niños no son ajenos a ella. Han vivido un abanico de emociones muy variado. Y ahora tienen que enfrentarse a la vuelta al cole con unas medidas que son anti-infancia (distancia social, mascarillas..)

Dejar los niños en casa no es la solución a la pandemia. Los escolares llevan casi seis meses en casa, con las rutinas alteradas, y recuperar la disciplina escolar no va a ser tarea fácil. Han estado muy desconectados de sus compañeros, profesores y rutinas. Las situaciones  novedosas, los cambios, a los niños les generan una ansiedad especial, y a este curso tenemos que sumarle a las dificultades normales de cambio de hábitos, una vuelta al cole atípica con altas dosis de incertidumbre en la que predominan emociones como el miedo, la tristeza o la frustración.

Los expertos coinciden en que lo vivido puede ser traumático para la infancia. ¿Qué se puede hacer para que este comienzo de curso sea lo más agradable posible? La parte académica pierde valor ante la parte emocional. Para ayudar a que los niños afronten la situación preparados, los padres al igual que organizan su mochila, su uniforme, sus cuadernos o sus libros, deben “preparar también su cabeza y sus emociones, animándoles a expresar como se sienten, normalizando sus sensaciones, dándoles un sentido y mostrando comprensión y apoyo para superar estos sentimientos, haciéndoles sentir capaces de superar lo que sienten” (Descubriendo emociones)

En este sentido la psicóloga Martínez, autora de “Descubriendo emociones”, recalca que a los niños no les ayuda que los padres neguemos tener miedo, tristeza o enfado, ya que si nosotros escondemos esas emociones ellos entienden que tampoco deberían experimentarlas. “Es mejor hablarles sin tabúes sobre cómo nos sentimos y darles la confianza de que lo superaremos juntos. También hacerles entender que los demás alumnos y familias se sienten igual y experimentan las mismas emociones”.

Psicólogos, educadores y pediatras coinciden en que la vuelta al cole será beneficiosa para los niños. El contacto con otros niños y los profesores es imprescindible para el desarrollo infantil. El aislamiento evita el crecimiento de los niños porque necesitan socializarse para desarrollar sus habilidades físicas, cognitivas, sociales y psicomotrices, de comunicación oral y escrita, resolución de problemas, agilidad, autoconfianza, empatía, curiosidad, imaginación…etc…

No hay dudas de que la vuelta al cole es esencial para los niños. Muchos expertos han apuntado que, el hecho de que el pequeño no acuda regularmente a su centro educativo o interactúe con sus amigos, puede acabar ocasionado daños en su desarrollo psicológico, social y educativo.

Es de vital importancia preparar a los alumnos ante la situación tan anormal que vivimos. Es conveniente explicarles cual e la situación y hacerles entender que hay que tomar medidas e higiene y protección. Es necesario incidir en el lavado de manos frecuente, así como en el uso de mascarillas y geles hidroalcohólicos, y evitar compartir material escolar, y mantener distancias entre personas. De esta forma se reducirá la carga viral ambiental que está directamente  relacionada con la probabilidad de infectarse.

El papel de os padres es de vital importancia. Hay que enseñar a los niños a mantener las medidas de higiene y no llevarlos al colegio si tienen fiebre. Importante es también cuidar la parte emocional, tiene que estar en estos momentos como principal foco de atención. Si los niños sienten estrés, amenaza, tensión y temor esto influirá en su sistema inmune. Además no se puede aprender si las necesidades emocionales no están cubiertas.

Es muy importante que hablemos con ellos, explicarles como son las cosas, transmitirles calma y seguridad invitándoles a colaborar en esta misión que todos tenemos y haciéndoles sentir importantes en esta tarea. Tenemos que animarles a que expresen como se sienten, normalizando sus sensaciones, dándoles un sentido y mostrando comprensión y apoyo, haciéndoles sentir capaces de superar lo que sienten.

Lo que tampoco ayuda a los niños, según la psicóloga Sonia Martínez, experta en educación emocional, son las críticas destructivas hacía los demás y expresiones catastróficas al futuro. Expresiones como “que inútiles estos políticos, sí no saldremos nunca de esta”, “vamos a pique sin remedio”. “en dos días nos vuelven a confinar” o “esto cada vez va peor”, por ejemplo pueden hacer a los pequeños “inseguridad al ver que sus padres no tienen control sobre o que pasa.

Para Sonia Martínez, en una época de cambios e incertidumbres como la que nos toca vivir, en la que predominan emociones como el miedo, la tristeza o la frustración, aprender a manejar estas emociones “además de eficaz es tranquilizador, tanto para padres como para los propios niños”.

Tenemos que ayudarles a que expresen sus preocupaciones o miedos. Hablar sobre ello, escuchar al niño con atención y transmitirle confianza, tranquilidad, afecto y seguridad. Para él el miedo es real, no debemos recriminarle porque lo sienta y exprese. Hacerle entender que es una emoción que todo el mundo siente en algunas situaciones de la vida, dándole un sentido y mostrándoles comprensión y apoyo para ayudarles a superarlo.

Los niños deben recuperar la felicidad y alejar los miedos de la situación que vivimos.

Recordaros también, a vosotros padres, lo importante que es el descanso para nuestros hijos. Ellos crecen mientras duermen, es una función fisiológica básica para la buena salud, reposición de energías y rendimiento diario. El organismo se repara a sí mismo a través de los períodos de sueño, consolida el aprendizaje y la memoria. Contribuye a alcanzar los resultados esperados en los estudios.

Vosotros padres vigilar que vuestros hijos tengan el “Sistema de Descanso” adecuado para que todas estas funciones se cumplan correctamente.

¿Colecho con nuestro Bebé?

colecho

¿Colecho con nuestro bebe?

Lo primero vamos a valorar lo que se entiende por colecho en el sentido más amplio de la palabra. Se entiende como compartir lecho con el bebe, pero debemos hacer alguna apreciación en ese hueco que queda entre dormir juntos o separados, vamos a incluir en el colecho el tener también una cuna al lado de la cama donde poder ver y que nos vea el Bebe y atender con prontitud sus demandas.

Esta palabra vuelve a estar de actualidad y hay muchas reflexiones al respecto, defensores y retractores en el mundo científico del sueño infantil y lo cierto es que hay muy pocas verdades establecidas.

Los retractores sostienen que cada uno en su habitación e incluso algunos añaden nada de arrumacos, mimos, canciones…etc. Cuando el bebe llore se le ignora y que llore y se asegura que la noche siguiente llorará menos y así paulatinamente hasta que “aprendan a dormir”, parece que la práctica es razonable y así es, el bebe va llorando paulatinamente menos pero los defensores les atacan ¿A que precio?.

He llegado a leer en algún artículo que los padres que llevan a su hijo a su cama cuando lloran han sido débiles ante sus hijos y que sucumben fácilmente a sus presiones.

También existen aseveraciones que indican que en el colecho hay alteraciones en la estructura del sueño, que disminuye la fase REM que es la que permite al niño fijar en la memoria lo que aprende durante el día y la que le permite ir controlando sus impulsos. Se producen más micro despertares y cómo consecuencia es un sueño de menor calidad con sus conocidas consecuencias para un correcto desarrollo y bienestar del bebe.

Algunos retractores aseguran también que se está desarrollando un tipo de apego dependiente, que el niño sea más inseguro y demandante.

También defienden que el colecho es un reflejo de la educación que se le está dando a ese Bebe en general, dependencia – no dependencia y aseguran que es una muestra de educación sin límites educativos no aconsejable.

En el lado contrario están los defensores del colecho, a que el niño duerma cerca de los padres y se basan en principios bien distintos a sus opositores.

Defienden que los bebes tienen un proceso evolutivo y necesitan del apoyo de sus padres para ir desarrollándose y aprendiendo. Se les enseña a comer nuevos alimentos paulatinamente, a empezar a hablar poco a poco, a caminar cuando ellos ya están preparados..etc. Y esto nadie lo duda pero si se pone en entredicho el apoyo de los padres para dormir.

Defienden que a los Bebes les gusta dormir cerca de sus padres, sentirse seguros y queridos. Los Bebes ya nacen sabiendo lo que es bueno, no se les acostumbra. Es normal que no duerman toda la noche, que se despierten con cierta asiduidad, demandando comer, cambiar pañal, frío, calor o simplemente para comprobar que están a su lado y necesitan calor y cariño de sus padres. Los Bebes no quieren estar solos y quieren que los arrullemos y mezamos, somos su seguridad y ejemplo.

Está demostrado que los lactantes que duermen cerca de los padres maman tres veces más con sus consiguientes efectos positivos en la salud y aunque despierten más veces la duración de estos despertares es más breve por lo que el descanso del bebe y sus padres es mayor.

También defienden que estos Bebes lloran menos por lo que el bienestar de ellos aumenta e influye en su crecimiento físico y emocional.

Llegan más allá encontrando efectos positivos después de la infancia, son niños más seguros, con más tolerancia al estrés, más optimistas y felices.

Nosotros aportamos algo personal a todo este dilema entre científicos, pediatras y demás.
Pensamos que el mejor método es enseñarles y acompañarles desde el respeto, el corazón y el sentido común. Aprender a dormir va acompañado a todo el proceso madurativo del Bebe, porqué actuar con diferente método.
Pensamos que el niño debe ser protegido contra todas formas de abandono, arrullados con nuestro cariño le brindamos la seguridad y cobijo que necesita.
Si el Bebe nos demanda es porque nos necesita no porque nos manipule. No lo malacostumbramos le demostramos que es escuchado, atendido y amado.
Todo niño sano llegará a dormir correctamente y el sólo algún día.
El feto está demostrado que ya duerme lo que tenemos que enseñar al niño es a dormir en una serie de condiciones que hay establecidas culturalmente, esta exigencia cultural el niño la irá asimilando paulatinamente siempre con la ayuda y el amor de sus progenitores.

Y como siempre defendemos y os recordamos en el equilibrio está la virtud.

Un hijo es una responsabilidad enorme y necesita de los padres para crecer en todos los ámbitos.