El sueño en el verano
Como dice el refranero español, que a mí me gusta y lo considero muy sabio: “Junio lluvioso, será un verano caluroso”. Y eso es lo que se pronostica para este verano y se cumplirá el sinónimo de verano y buen tiempo, también vacaciones, sol y, en definitiva, alegría. La llegada de los meses de calor se relaciona directamente con el buen humor y la felicidad. Sin embargo, las altas temperaturas no van siempre de la mano con un estado de ánimo positivo, sino en ocasiones puede ocurrir todo lo contrario. Según los expertos, los picos de calor que sufrimos en el período estival pueden provocar cambios de humor que afectan a nuestra irritabilidad y generar apatía, cansancio e incluso tristeza. Y es que es muy habitual en verano dar vueltas y vueltas en la cama durante la noche sin poder pegar ojo, y el resto del día sufrir las consecuencias de ello.
Tras ese mal sueño de las noches de verano y la “pesadez” del día se esconden decenas de procesos químicos y biológicos que ocurren en el interior de nuestro cuerpo.
¿Qué nos sucede las noches de verano?
Verano y sueño es el eterno problema. Las altas temperaturas suelen provocar la falta de sueño. Sin embargo los expertos aseguran que la fatiga por sueño se puede evitar teniendo una buena higiene en el sueño. Es indiscutible que las noches calurosas de verano, los malos hábitos que se instalan en el día a día. En verano los horarios se descontrolan. Comemos a distintas horas, alargamos las tardes-noche en las terrazas y tratamos de aplacar el calor con bebidas (alcohol o refrescos con cafeína) que no favorecen nada a un correcto descanso. Todo esto desregula nuestros biorritmos habituales y nos complica el sueño y aumenta los problemas para dormir. Es por ello que se recomienda tener presente las normas de higiene del sueño válidas para cualquier época del año.
El sueño está directamente relacionado con la secreción de una hormona denominada melatonina que se segrega durante la noche. Al haber más horas de luz, la melatonina que producimos disminuye y es más difícil conciliar el sueño. También influye la temperatura: a más temperatura corporal menos producción de melatonina. Cuanto más baja una, más se produce la otra.
Durante los meses de verano, las altas temperaturas son una de las principales causas de insomnio. De hecho la calidad del sueño disminuye a partir de los 26 grados.
¿Cómo funciona la temperatura corporal durante el sueño?
La temperatura corporal depende del ritmo del ciclo de sueño-vigilia, la cual disminuye al dormir por la noche y aumenta durante el día.
Es más probable conciliar el sueño cuando la temperatura corporal disminuye, y es poco probable lograrlo cuando aumenta. Además después de conciliar el sueño, la temperatura corporal disminuye aún más. Sin embargo cuando las temperaturas nocturnas son elevadas, la pérdida de este calor interno se ve dificultada y en consecuencia también lo hace el sueño.
En resumen, si se duerme mal hay que tener en cuenta el ambiente térmico y hacer los cambios necesarios para descansar mejor.
La exposición a temperaturas más elevadas durante la noche puede ser especialmente perjudicial para las personas de elevada edad. Estos suelen despertarse fácilmente, incluso con exposiciones leves al calor y cuentan además con una tolerancia al calor ya reducida.
Está demostrado que las altas temperaturas afectan a múltiples aspectos del sueño, dando lugar a los siguientes padecimientos:
- Peor duración del sueño
- Sueño poco profundo
- Menor tranquilidad para dormir
- Dificultad para conciliar el sueño
- Menor satisfacción del sueño.
La Fundación Nacional del sueño sugiere que la temperatura ideal para la habitación oscila entre los 15,5 ºC y los 21 ºC.
Es necesario evitar las temperaturas extremas, ya que esto podría activar los mecanismos de defensa reguladores que lo despiertan por la noche.
En otro artículo de nuestro Blog, os damos unos consejos para ayudaros a bajar la temperatura del dormitorio, la cama y también del durmiente.
Tener presente también que un buen conjunto de descanso con buena ventilación es determinante para encontrar la temperatura perfecta para el descanso.
Siguiendo estas indicaciones podemos conseguir un mejor descanso durante el verano y así mantener nuestro cuerpo saludable