Sin duda el título nos resulta muy familiar a la mayoría, y es que a todos nos ha ocurrido alguna vez, que estamos en una conferencia, charla, reunión, clase, en la que el ponente nos resulta terriblemente aburrido o el tema no logra captar nuestro interés y no podemos vencer el aburrimiento, este es el momento en que nos invade un terrible sopor, nos pesan los párpados y no podemos evitar dormirnos, independientemente de la hora del día o si hemos dormido lo suficiente. El por qué nos ocurre y que es lo que ocurre en nuestro cerebro para pasarnos esto, cuando en situaciones contrarias de entretenimiento y placer en las que lo estamos pasando bien, o en buena compañía, difícilmente nos venza el sueño, aunque arrastremos un descanso deficitario, todo esto tiene una explicación científica.
Según la revista científica “Nature Communications”, tenemos tendencia a dormirnos ante ausencia de estímulos motivadores. La investigación ha hallado una parte del cerebro asociada con la motivación y el placer, es denominada núcleo Accumbens. Las neuronas del núcleo Accumbens tienen una capacidad extremadamente fuerte de inducir al sueño. Este tipo de sueño dominado por el núcleo Accumbens algo diferente del sueño que provocan los procesos circadianos y homeostáticos (que regulan y mantienen la composición de un organismo), se conoce como sueño de onda lenta, por la tensión lenta y de alto voltaje de las ondas cerebrales. Es decir, cuando no hay nada que pueda motivarnos, esta parte del cerebro tiene una sustancia que produce mucho sueño, la adenosina. Desde hace tiempo se sabe que la adenosina representa un estado de deficiencia relativa de energía e induce el sueño a través de los receptores de adenosina.
¿Existe alguna forma de evitar que esto nos suceda? Oishi, autor principal de este trabajo asegura que el cerebro lo hace de forma involuntaria, pero café– el psicoestimulante más consumido del mundo- funciona en estos casos ya que la cafeína produce su efecto de excitación también en el núcleo accumbens, al inhibir los receptores de adenosina, por eso el café nos ayuda a mantenernos alerta.
Los compuestos que activan esos receptores en el núcleo accumbens podrían ofrecer nuevas posibilidades terapéuticas para el tratamiento del insomnio, uno de los problemas de sueño más frecuentes, con una prevalencia estimada de entre el 10 y el 15 por ciento en la población general y entre el 30 y el 60 por ciento en la población adulta.