Dormir no es un único proceso sino varios, es el resultado de la combinación de distintas fases. En concreto cuando dormimos pasamos 5 fases de sueño, 4 fases no REM + 1 fase REM, en donde nuestro cerebro y cuerpo participan en distintos procesos. ¡Hablemos un poquito más de cada una de ellas!
FASES NO REM
La fase No Rem supone el 75% del total del tiempo de descanso.
En este proceso el cuerpo empieza a calmarse y relajarse entrando poco a poco en el descanso profundo, abriéndose con calma al mundo de los sueños. Esta etapa, también llamada etapa de “sueño lento”, se divide en 4 fases.
Fase 1:
Conocida también como fase del “adormecimiento”, en esta etapa nuestra mente y cuerpo se sumerge paulatinamente en el estado de somnolencia. Como mínimo la duración de este primer proceso es de 10 minutos, aunque los tiempos suelen fluctuar según la persona.
Fase 2:
En la llamada etapa del “sueño ligero” se produce la relajación de los músculos, la disminución de los pensamientos y el bloqueo de las percepciones exteriores. En esta fase podemos decir que el sueño empieza a ser considerado como reparador.
Fase 3:
Esta tercera fase se conoce también como la “etapa de transición”, en ella las ondas cerebrales que más predominan son las delta. El sueño en este momento se vuelve más profundo y pesado.
Fase 4:
Muy similar a la anterior. Esta etapa es conocida también como la fase del “sueño profundo” y se caracteriza por ser el culmen del descanso. Es decir, el sueño alcanza el punto más profundo y reparador de todo el proceso. En esta fase es donde se producen las hormonas del crecimiento y la reparación de los tejidos.
FASE REM
¿Y los sueños cuándo se producen? ¡Pues en la fase 5! La única que se desarrolla en la llamada fase Rem.
Esta etapa, a diferencia de las ya mencionadas, se caracteriza por ser un proceso activo y muy vivo. En él se generan imágenes y se experimentan emociones intensas y profundas. Un dato curioso de este periodo es que el cuerpo activa los ojos y se producen movimientos involuntarios.