Ayudando a dormir a los niños en su cama

 

Lograr que un niño aprenda a dormir solo es el objetivo de muchos padres

 

Sin tener en cuenta la edad que tengamos, todos sabemos que el sueño es una parte integral de la vida cotidiana, una necesidad biológica que permite restablecer las funciones físicas y psicológicas esenciales para un pleno rendimiento. Sin embargo es deber de los padres con hijos en edades tempranas que estos adquieran un correcto aprendizaje de dormir, al igual que les enseñamos conductas para una correcta maduración y que les ayudan a la autonomía también tenemos que enseñar a dormir a los niños, y dormir solos.

Un bebe o niño bien descansado estará más activo, lleno de energía y de buen humor. De ahí que sea tan importante ayudarles a conseguir un sueño reparador. Un niño puede despertarse por muchos motivos durante la noche: puede tener hambre, pedir afecto, porque esté incómodo o tenga dolor, quiera volver a dormirse y no sepa hacerlo sólo. Los padres son quienes tienen que resolver estas necesidades del niño. Hay que facilitarle al niño todas las condiciones que le ayuden a conciliar el sueño por sí solo.

 

Al igual que los adultos, los pequeños de la casa necesitan momentos previos de tranquilidad para relajarse y dormirse más fácilmente. Independientemente de la edad que tengan es necesario establecer rutinas para la hora de acostarse, esto les ayudará a relajarse y prepararse para dormir. El organismo de los niños funciona como un mecanismo de relojería, por eso hay que establecer un horario y ser muy estricto en su cumplimiento. Un niño acostumbrado a ir a la cama todos los días a la misma hora, empezará a sentir sueño cuando se acerca la hora. Es necesario ser muy estricto y no permitir que se cambie la hora de ir a la cama. Esto no implica gritarle y ponerse nervioso, sino manteniendo la calma, con palabras amables, a la vez que con tenacidad y persuasión. Cuando se consiga hacerlo un hábito todo será más sencillo.

 

El niño normalmente quiere alargar el momento de irse a la cama, están ocurriendo muchas cosas a su alrededor, y él también quiere participar. Está también empezando a comprender que él es una personita independiente, separada de la madre y del padre, y quiere hacerse valer imponiendo sus deseos con gritos, pataletas o lloros para conseguirlo. No se debe rendir uno a sus deseos, se le puede permitir que escoja otras alternativas, como el cuento que quiere que le lea o el peluche con el que quiere dormir, esto le dará al niño sensación de control sobre su mundo y los padres a su vez estarán fomentando la idea de que son ellos los que mandan y que la noche es para dormir. Son los padres quienes deben enseñar a dormir a los niños porque a su hijo no le importa qué hora es, siempre y cuando se satisfagan sus necesidades.

 

Ante una pataleta no elevar el tono de voz y mantener la calma ayuda a que no crezca la tensión.

 

Marcarles un ritual  previo a la hora de acostarse es aconsejado por la mayoría de psicólogos y pediatras. A los niños les gusta que ciertas cosas ocurran todos los días a la misma hora y en el mismo orden. El baño antes de cenar, la cena, lavar los dientes, hacer pis, ponerse pijama, todo ello en compañía y como un juego placentero, les predispone a meterse en la cama y dormir.

 

 

Una vez que ya se le tiene en la cama vienen los interrogantes de que hacer para que se duerma solo, es necesario seguir el ritual con algo relajante que le tranquilice como puede ser cantarle una melódica canción, leerle un cuento no excitante, hablar un poco con él y reírse. Acabadas todas las tareas que hacen el ritual llega el momento de dejarlo a solas en cama dándole seguridad con algunas palabras cariñosas como que es la hora dormirse, que papa y mama lo cuidaran, darle besos y abrazos, conseguir dormir a los niños es a veces tarea ardua.

 

Sin duda el niño reclamará de nuevo la atención demandando una serie de cosas que todos los días serán repetitivas, puede ser hacer pis, un vaso de agua, un beso…etc….hay que anticiparse a sus demandas y tenerle a mano eso que suele reclamar y que es razonable por supuesto. Antes de salir de su cuarto le recordamos que ya hizo pis, que tiene el vaso de agua en la mesilla y su osito preferido junto a él y que papa y mama le quieren mucho, lo besamos y damos las buenas noches. Es necesario salir del cuarto antes de que se duerma.

 

No es sorprendente que de nuevo pida otro vaso de agua y otro….y otro…o llama  demandando cualquier otra cosa, no debemos permitirlo, el niño disfruta mucho estando al lado de los papas y ese tiempo quiere prolongarlo. No se debe ceder a sus deseos, ni permitirle esto o lo otro, lo aconsejable es ser tajantes, hacerle comprender que el tiempo de juego ha terminado y es la hora de dormir todos.

 

Para conseguir enseñar a dormir a los niños solos, estas rutinas tienen que ser repetidas todas las noches, si los padres no son firmes en su ejecución al niño le creará confusión, comprenderá rápidamente que puede ganar a veces la batalla y la situación se verá empeorada, por lo que es mejor evitar en la medida de lo posible las excepciones.

Sin embargo si todas las noches llevamos a la práctica el ritual para dormir a los niños y se repite con firmeza, se ayudará al niño a anticipar que es lo que va a pasar y que tiene que hacer siempre a la misma hora.

 

Sin duda que habrá situaciones que requieran el dormir acompañado, sobre todo si el niño es muy pequeño y tiene algún malestar importante, podemos hacerle entender que se dormirá con él porque es necesario, pero se le explicará que no será de forma habitual.

 

Se trata de ayudarle a su desarrollo, por lo tanto acompañaremos, pero fomentaremos que duerman de modo autónomo.

 

 

 

 

 

 

 

Como afecta el sueño al rendimiento escolar

El sueño, un factor que influye en el rendimiento escolar
El sueño, un factor que influye en el rendimiento escolar
No dormir suficiente afecta el rendimiento académico

 

El bajo rendimiento escolar en niños es algo que debe atenderse. No solo por el aspecto académico sino por el bienestar de los niños. Lo primero que debe saberse es la causa para poder poner soluciones.

El sueño tiene un papel fundamental en el desarrollo infantil, está comprobado que la falta de sueño provoca desde pequeños cambios de humor, actitud pesimista, estrés y ansiedad, lo que disminuye la capacidad de aprendizaje y puede provocar trastornos del sueño.

Es necesario educar en el sueño ya desde edades tempranas esto impedirá que se llegue a la adolescencia y tengamos jóvenes cansados, apáticos, sin ganas de hacer nada, sin motivación. Digamos que se llega a una falta de sueño crónica que tiene que evitarse con pautas marcadas desde la infancia. La disminución en el tiempo de sueño es un problema muy general, no solamente en niños y jóvenes, también en los adultos.

Pareciera como si el sueño es eso que podemos perder cuando falta tiempo para otras cosas y eso es lo que suele pasar en la sociedad actual, que nos falta tiempo para muchas cosas y le restamos al sueño.

Diversos estudios han determinado que muchos niños y adolescentes no duermen lo suficiente. El origen de este déficit puede ser por horarios sobrecargados o por otras causas como ver televisión hasta tarde o un mal uso de nocturno de móviles y otros aparatos electrónicos. El horario de los niños está ajustado muchas veces al de los adultos y no al revés como debiera ser. Esto hace que los niños vayan a la cama tarde a menudo y tengan que madrugar porque los horarios son tempranos.

 

Los aparatos eectrónicos interfieren en el buen descanso
Optimizar los horarios de sueño para crear hábitos saludables de sueño

 

Esto genera un déficit de sueño, déficit que además no es recuperable. Se calcula que el 27% de los niños de 5 a 12 años tiene problemas para irse a dormir, es un porcentaje a considerar.

Se ha comprobado que la falta de sueño genera un descenso en la capacidad de asimilar los conocimientos hasta un 40%. A mayor irregularidad del sueño peores notas afirman los estudios al respecto y por tanto un rendimiento menor en habilidades cognitivas verbales, espaciales, de razonamiento y numéricas.

La falta de sueño no solo afecta al rendimiento escolar sino también a la agresividad en las aulas. Se ha comprobado que incrementando la hora de sueño se reduce la agresividad.

Uno de los estudios sobre esta materia ha sido en España, el denominado “Proyecto Shastu” realizado por el hospital QuironSalud Valencia con el Ayuntamiento de Silla, con fondos de la Unión Europea. Tenía como objetivo profundizar sobre la influencia del sueño y del descanso en el estado emocional y físico del estudiante, así como su capacidad de aprendizaje. Para ello se ha trabajado no solo en mejorar las horas de sueño sino también las condiciones en las que se realizan las actividades diarias (luz, ventilación, horarios, situación de los alumnos en clase…etc…) Pues bien las conclusiones, no han podido ser más claras: Tras adoptar las pautas marcadas, los alumnos reconocen tener menos sueño en clase, menos problemas para dormir, y se han reducido en más de la mitad los problemas de conducta en clase.

 

El sueño nos prepara para afrontar los retos del día

 

 El sueño restablece los circuitos cerebrales y nos prepara para los retos del día y las interacciones sociales. Si no se cumplen las horas mínimas de sueño, nos volvemos más primitivos, no conseguimos mantener las emociones bajo control.

Sabiendo que el sueño afecta a tantas cosas importantes en el desarrollo de nuestros niños es imprescindible que nos detengamos, saquemos un poco de tiempo y nos preguntemos…

¿A qué hora se acuestan nuestros hijos?

¿Descansan lo suficiente mientras duermen?

¿Tienen el colchón adecuado para lograr un descanso saludable?

Es necesario que tomemos conciencia de la importancia del descanso en el rendimiento escolar de los alumnos.