Estar en casa no es necesariamente indicador de descanso. La situación actual de el confinamiento prolongado que estamos viviendo está alterando el sueño de los españoles.
La falta de actividad física y una menor exposición a la luz solar, la pérdida de horarios regulares de acostarnos, levantarnos, de comidas, trabajo, de realizar deporte e incluso nuestro tiempo de ocio y el hacer todas estas actividades en el mismo espacio físico, nuestra casa, inciden directamente en el reloj biológico que regula nuestro sueño.
El confinamiento ha provocado un cambio total de las rutinas que teníamos establecidas y con ello los ritmos vitales. El objetivo de tener rutinas es diferenciar el día de la noche, enseñarle al cerebro que la noche y el día no son iguales, y cuando llegue la noche este pueda relajarse. En el confinamiento muchas personas no siguen las mismas rutinas y el cerebro se pierde. Esto según los expertos es el primer problema para conciliar el sueño durante el confinamiento. Ya no dormimos del tirón, sino que despertamos más veces de lo habitual, al mismo tiempo que no somos capaces de dormir las 7-8 horas que solemos descansar habitualmente.
Dormir bien es uno de los pilares de nuestra salud y uno de los placeres que debiéramos disfrutar todas las personas, pero además de ser un placer también es un acto necesario para nuestro bienestar físico y psicológico.
Sin embargo un importante número de personas reconocen dormir poco y descansar mal. La falta de sueño tiene muchos efectos secundarios que afectan a nuestro día a día y también a nuestra salud futura.
Desde hace décadas, la media de sueño nocturno ha disminuido dos horas. En el mejor de los casos dormimos 7 horas. Paralelamente a la disminución de las horas de sueño hay un incremento de sobrepeso, la obesidad y la diabetes.
El apetito aumenta al dormir poco, privarse de sueño o no alcanzar un descanso reparador puede influir notablemente en nuestras decisiones alimentarias, tal es así que numerosos estudios científicos señala la razón por la cual nos apetecen más los alimentos concentrados de energía cuando hemos dormido poco.
También se observó cambios en las conexiones entre áreas del cerebro y el mal funcionamiento de algunos circuitos cerebrales que son los que conducen a preferir alimentos calóricos cuando no hemos descansado suficiente.
Igualmente en los centros del cerebro más profundos se detectó actividad, los cuales “responden a las recompensas” y esas recompensas mayoritariamente son en forma de comida basura y alimentos poco saludables.
Se ha llegado a la conclusión de que las regiones cerebrales necesarias para ejercer juicios complejos “se embotan por la falta de sueño”, mientras que las estructuras primarias que controlan la motivación y el deseo se amplifican.
Esta combinación de la actividad cerebral alterada y la toma de decisiones pueden ayudar a explicar el hecho de que las personas que duermen menos tienden a tener sobrepeso u obesidad. Así lo creen algunos expertos en el tema que tratamos.
Otro motivo que se defiende también como inductor de preferencia a comer ese tipo de alimentos poco saludables al dormir poco es “el olfato”.
Investigaciones llevadas a cabo con la universidad de Northwestern de Estados Unidos, sostiene que cuando has pasado una noche de insomnio se buscan alimentos ricos en calorías y grasas, por la acción del sistema olfativo. Según dicho estudio, cuando no se duerme lo suficiente, entra en funcionamiento un hiperimpulsor olfativo que agudiza los olores de los alimentos para que el cerebro pueda diferenciar mejor entre los olores alimenticios y los que no lo son. Casi a la vez, hay una ruptura en la comunicación con otras áreas cerebrales que reciben señales de alimentos. Y con eso, las decisiones sobre qué comer cambian, priorizando elegir alimentos con más calorías, ya que el cerebro es más susceptible a alimentos con olores tentadores.
Estos datos sugieren pues que dormir poco puede promover el exceso de comida más calórica, alimentos ricos en azúcar y grasas saturadas y el riesgo que ello conlleva de padecer obesidad.
Dormir con calcetines es sin duda una práctica muy común cuando frío, la sensación de confort y calor que estos nos proporcionan, hacen que se vuelvan un compañero grato en las horas de descanso ayudándonos a conseguir un sueño reparador.
Esto ha dado lugar a que profesionales de la salud lleven a cabo investigaciones al respecto y nos han hecho público sus resultados.
No obstante las conclusiones de cada profesional difieren unas de otras, aunque la gran mayoría coinciden en que tiene algún tipo de beneficio para la salud.
Sin duda muchas veces habremos escuchado que no durmamos con calcetines, que no es bueno. La voz popular a veces se va distorsionando del boca a boca y en este caso es uno de esos errores.
Aunque la mayoría de las personas duerme sin ellos, le diremos que pueden ir poniendo junto al pijama unos cálidos y sexys calcetines ya que numerosos estudios demuestran que dormir con calcetines ayuda a conciliar el sueño más rápido y optimiza el descanso. Tener los pies calientes, hace que se dilaten los vasos sanguíneos. Durante la noche, el calor corporal central de las personas disminuye, alrededor de las 4 de la madrugada es cuando alcanza su nivel más bajo. Los vasos sanguíneos se dilatan al calentar los pies y manos, en esta operación llamada vasodilatación, se reduce la temperatura central del cuerpo y se libera el calor hacia la piel. Mientras esto ocurre le llega al cerebro el mensaje de que es hora de dormir. Dormimos más rápido cuando tenemos la piel caliente. Podríamos decir que el sueñoempieza por los pies, también manos, la nariz y las orejas son puntos vulnerables que se enfrían antes.
Y aunque siempre ha sido tildado de ser poco sexy y no formar parte de esas prendas interiores que se consideran eróticas y estimulantes, se está en un gran error. Los calcetines son capaces de mantener nuestros pies, entrepiernas y mentes bien calentitas….y mucho más de lo que pensamos. Al sentirnos cómodos y calentitos podemos activar la circulación de todo el cuerpo, incluidas las zonas genitales.
El ya conocido eslogan “póntelos, pónselos” toma un nuevo sentido, ahora son los calcetines. Si dejamos algo encima que sean los calcetines, ahora sabemos que no es algo puritano, monjil o antiestético. Dormir con calcetines puede ser una gran idea si se tiene problemas para dormir.
Lo que si es recomendable que sean de un material que facilite la transpiración, de fibras naturales como hilo o algodón. Tener presente también que no aprieten demasiado porque podría reducir la circulación. Tampoco que nos acostemos con los calcetines que hemos tenido durante el día, es antihigiénico. Las bacterias pueden acumularse en el pie y causar infecciones por hongos.
Queda aclarado pues el concepto de no dormir con calcetines. No solo no es malo para la salud, sino que nos ayudará a dormir mejor.
Si a pesar de lo dicho alguien sigue siendo reticente a irse a la cama con los calcetines puestos, puede ayudarse de otras cosas que ayudan a conseguir el mismo efecto térmico, como puede ser una bolsa de agua caliente o un saquito térmico, nos ayudará a calentar los pies con mayor rapidez y se aumentará la vasodilatación que trae como consecuencia el dormirse antes.
A la hora de irnos a la cama cada cual tiene sus gustos y preferencias…y también alguna que otra manía. Hay quien prefiere dormir acompañado, otros solos, unos con pijama y otros desnudos, los hay que siempre con calcetines, incluso en verano y otros en cambio no los soportan.
Guste o no dormir con calcetines, para las personas frioleras, sobre todo, tiene ventajas, está comprobado.
Que la temperatura influye y mucho para lograr un sueño reparador está demostrado, como también lo está que el tener una cama con un confortable equipo de descanso: colchón, almohada y base, y que estos contribuyan también a una buena confortabilidad térmica, es fundamental para lograr un sueño reparador. Todo ello aumentará nuestro bienestar y por tanto será un placer saludable.
A todos nos habrá ocurrido que el sueño después de comer se apodera de nosotros y un terrible cansancio y sopor nos invade. Esta sensación se vuelve más dura y molesta si tenemos que enfrentarnos a continuación a un trabajo. Y es que alimentación y sueño van prácticamente de la mano e influyen en nuestra calidad de vida.
El proceso digestivo del organismo desencadena multitud de reacciones en el cuerpo y son estas las que acaban provocando que se sienta sueño después de comer.
Uno de los principales motivos que llevan a ellos son las variaciones de la glucosa en sangre cuando el cuerpo hace la digestión, consecuencia de los alimentos ingeridos. Los hidratos de carbono, especialmente los azúcares, aumentan la cantidad de insulina que produce el páncreas. Si se elevan los niveles de esta hormona, se incrementa la actividad del triptófano (un aminoácido esencial) en el cerebro, provocando una mayor producción de serotonina y melatonina, dos neurotransmisores encargados de la regulación del sueño y la sensación de bienestar, como lo demuestran recientes estudios científicos.
Cuanto mayor es la ingesta, mayor es el contenido de azúcar. Y por tanto de somnolencia. El azúcar o glucosa disminuye en el cerebro, más precisamente en el hipotálamo, los niveles de orexinas que participan en la regulación de los ciclos de sueño, y cuya función es el mantenimiento de la vigilia.
Cuando esto sucede, el cuerpo se relaja demasiado y se incrementa el estado de sueño.
No es que todo lo que comamos nos dé mucho sueño, no todos los alimentos causan el mismo efecto en nuestro cuerpo, y no siempre el organismo reacciona de la misma manera.
Algunos alimentos hacen que por su contenido en triptófano o por aumentar notablemente la liberación de insulina no sean nuestros aliados para vencer el sueño después de comer. Algunos importantes serían: El arroz por tener un índice glucémico muy alto, las pastas, el pan blanco, y otros similares, debido a que hacen más rápido la producción de insulina. La avena nos aporta triptófano y vitamina B, por lo que es un alimento que relaja el sistema nervioso. Evitar también los productos lácteos, los frutos secos, sobre todo las nueces, también plátanos y cerezas ya que estás aumentan el nivel de melatonina. Los ultraprocesados son muy calóricos y suelen contener también muchos hidratos.
¿COMO COMBATIR ESTA SOMNOLENCIA?
“La Fundación Nacional del sueño” nos da unas recomendaciones para evitar el sueño después de comer.
No abusar de las grasas saturadas, carbohidratos y azucares en las comidas y eleva otros nutrientes como proteínas o vitaminas, incluyendo más verduras, carne o pescado
Evitar comer en exceso. Elegir comidas que nos aporten un equilibrio de macronutrientes, la comida real y los alimentos naturales ricos en fibra, ayudan a mantener los niveles de glucosa en sangre estables. Un aporte de vegetales, que conforme un 50% del plato de comida, proporciona menos calorías, por lo que el organismo tiene que emplear menos energía para digerirlo. Además estos contribuyen a sentirse saciado, con lo que es más fácil evitar atracones. Los platos equilibrados ayudan a la sensación de saciedad. Hay que escuchar las señales de apetito que envía el organismo. Cuando se deja de sentir hambre y se alcanza el nivel de saciedad óptimo, es el momento de parar de comer, de no hacerlo así el cuerpo tendrá que trabajar más para sintetizar dichos alimentos.
No quedarse parado después de comer si se tiene que seguir trabajando, dar un pequeño paseo ayudará a oxigenar el cerebro y lo despertará de ese estado de somnolencia.
Optar por la cafeína en vez de la manzanilla, sin abusar del consumo.
Organizar bien tu agenda de trabajo. Arrancar con lo más tedioso o mecánico u dejar lo que más guste para final de la jornada.
Procurar conversar con alguien, levantarse del asiento y realizar estiramientos evitara el dormirse.
Una vez más vemos como el binomio alimentación-sueño guarda una estrecha relación, por lo que merece la pena prestar atención a lo que comemos. Hoy sabemos que la síntesis de algunos neurotransmisores, sustancias que actúan como mensajeros químicos entre las neuronas y las hormonas relacionadas con el ciclo del sueño, dependen de ciertos nutrientes específicos de los alimentos, prueba inequívoca de la asociación entre dieta y descanso.
Cada 1 de agosto se celebra el Día Mundial de la Alegría, sirve para reflexionar sobre la importancia de tener presente ese sentimiento en cada momento de la vida y su poder transformador.
Ganar la lotería a todos nos produce una gran alegría, ¿A que si?, el estado de ánimo que nos produce todos lo abrazamos y deseamos. El bienestar mental que nos proporciona es alto. Pero también es cierto que el camino de la felicidad tiene otras variables.
Un estudio realizado nos asegura, que el bienestar producido por dormir bien, es equiparable a ganar un cuarto de millón de dólares…que aproximadamente serán 240.000€.
Hay un gran número de razones que apoyan que el sueño es un gran medicamento para ser feliz. El escritor norteamericano Robert a. Heinlein decía: “la felicidadconsiste en dormir lo suficiente, solo eso, nada más”. Diversas divulgaciones le dan la razón y afirman que las personas que duermen más gozan de un mayor bienestar y calidad de vida.
Mientras dormimos, el cuerpo libera sustancias químicas que ayudan a mitigar las preocupaciones y malos recuerdos. Dormir es un modo de reparar la mente del sufrimiento y la tensión. Cuando dormimos bien el cuerpo lo nota y la mente también, vemos el mundo con una visión de agrado y alegría, nos da una fuerza motriz que nos hace ver que podemos con todo y estamos más contentos. Sin embargo después de una mala noche nos levantamos apáticos, sin ganas de hacer nada y una visión más pesimista del mundo.
Tenemos que reconocer que un sueño reparador nos hace más felices. Nos despertamos con más energía y mejor humor. Por eso es importante no solamente dormir sino descansar. Demos en este sentido importancia a tener unos buenos hábitos de sueño, el dormitorio, prepararlo con esmero, de forma que sea un ambiente acogedor en el cual nos sintamos cómodos y relajados, será nuestro espacio de descanso y felicidad. Prestemos mucha atención al colchón y la almohada, ellos jugaran un papel prioritario para conseguir un sueño reparador.
Una persona alegre rinde más, tiende a estar más sano, a superar las dificultades, y a provocar alegría a las personas que tiene alrededor, a hacer el bien. La alegría se multiplica exponencialmente, si compartimos la alegría, más personas se contagiaran de este sentimiento, uno de los más hermosos que puede tener el ser humano.
Con el tono vital alto la alegría nos acompañará toda la jornada…vamos a cuidarla y mimarla para que este el máximo tiempo con nosotros, ella es muy viajera y a veces se escapa de nuestro lado, tenemos que poner de nuestra parte para que nos acompañe. Nosotros somos felices en su compañía, nos activa el organismo entero haciéndonos más felices. Vamos a sonreírle…o mejor regalarle carcajadas….ella nos dará a cambio una buena calidad de vida…nos dará felicidad.
“Ser feliz puede ser un sueño al alcance de todos”