La cultura popular está llena de falsedades y malas interpretaciones sobre el acto de dormir, algunas son inocuas, pero otras tienen repercusiones sobre el sueño e incluso sobre la salud. Hemos hecho una lista con los mitos del sueño más comunes:
La idea de que contar ovejitas ayuda a conciliar el sueño es uno de los mitos del sueño más populares, era muy típico de nuestras madres contestarnos eso de «pues si no puedes dormir cuenta ovejitas».
Está comprobado que no es así, en la realidad imaginarse ovejas saltando cercas una y otra vez no ayuda, es más efectivo pensar en algo relajante.
“A quién madruga dios le ayuda”
Sin duda todos hemos oído alguna vez este refrán, sin embargo los estudios afirman no siempre levantarse temprano es sinónimo de ser exitoso. El factor más importante que determina que alguien sea más bien alondra o búho está en el ADN y no en la ambición. La conclusión que se ha llegado después de numerosos estudios es que es uno de tantos mitos del sueño. La genética tiene mucho que ver con la cantidad o los horarios de sueño de las personas, y en contrapartida tenemos también el otro dicho que dice que “no por mucho madrugar amanece más temprano”, o sea que madrugar no determina tener más o menos éxito en las actividades diarias.
El fin de semana recupero el sueño:
Muy a menudo caemos en el falso mitos del sueño de creer que durmiendo más horas el fin de semana recuperaremos el déficit que llevamos arrastrado tras trasnochar y madrugar los días laborables, nada más lejos de la realidad, las horas de sueño perdidas o no dormidas no se van a recuperar y nuestro organismo no se va a beneficiar de ello, al contrario, lejos de la realidad, hasta puede ser perjudicial para la salud.
La recomendación, aunque nos duela, es tratar de que nuestro horario de sueño los sábados y los domingos no se alejen mucho del que mantenemos el resto de la semana. Respetar al máximo los ciclos de sueño que nos marca nuestro reloj biológico es mejor para la salud que pasarnos la tarde dormitando en el sofá, por mucho que nos apetezca.
La siesta es una pérdida de tiempo?
Hacer un pequeño parón después de comer y echarse una siesta ha sido algo muy vinculado al carácter español y no ha sido bien visto desde otros países, se relaciona con frecuencia con ser vago. Sin embargo nada más lejos de la realidad, la siesta en su justa medida es beneficiosa para la salud y recomendable e impuesta ya por algunas grandes empresas, un ejemplo de ello es Google donde disponen de espacios dispuestos para que sus empleados echen una siesta. Está demostrado que mejora la productividad y la salud.
El niño que se duerme en clase es un holgazán:
A partir de los 12 años los niños tienden a dormir más, parece que no hubiera forma de que se levanten. Tienden a trasnochar más y prolongar el sueño porque sufren un retraso de unas tres horas en sus ritmos circadianos. Además según los médicos, hasta los veinte años se necesita dormir de promedio entre nueve y diez horas porque el cerebro, que está en pleno desarrollo, necesita mucho tiempo de descanso. Por lo tanto no los califiquemos de bichos raros o perezosos, es uno de los falsos mitos del sueño.
En la medida de lo posible, deja que tu hijo permanezca en el mundo de los sueños. Así, lo estarás ayudando a crecer y a vivir una existencia plena.
El bostezo te despierta:
Existe la creencia que el bostezo es un indicador de sueño y existe la creencia de que proporciona más oxígeno al cerebro somnoliento, sin embargo la última hipótesis asegura que ayuda a refrescar las ideas y podría ser útil provocarlo en situaciones de tensión porque nos oxigena más y nos ayuda a relajarnos. Tendríamos que dar valor a este gesto tan natural y utilizarlo de forma terapéutica igual que la risa.
Poner la radio, abrir la ventana o activar el aire acondicionado sirven para mantenerse despierto al volante.?
Estas ayudas son inútiles y pueden ser peligrosas para la persona que conduce si siente somnolencia o sopor. Si se siente cansancio cuando se conduce lo mejor es dejar la carretera y aparcar en un área de descanso para tomar una siesta de entre 15 y 45 minutos. Las bebidas con cafeína ayudan a superar el adormecimiento por un corto espacio de tiempo pero empiezan a hacer efecto pasados 30 minutos. Otro de los mitos del sueño falso.